Regresar
“Lo único a lo que debemos temer es al miedo mismo”.
CNN
Todo me tomó por sorpresa, hay días en los que no me la creo. Mi experiencia en esta cuarentena ha sido una montaña rusa. Me he topado con muchos sentimientos y emociones.
A veces no se ni en qué día estamos, si no fuera por las clases, no sabría en qué día vivo. La hora ha dejado de ser importante también. A veces le llamo el encierro. Otras veces veo esto como una oportunidad para reflexionar y hacer introspección. Y vaya que lo he hecho.
Cada día empezaba a tomarme más en serio todo lo que estaba pasando, mi mamá diciéndome todo el tiempo que teníamos que desinfectarnos. Cuando vamos al súper es lo peor porque tenemos que llevar mascara, tapabocas, toallitas para no tener que tocar nada, gel. Llegar a mi casa y desinfectar todo, bañarme, cambiarme de ropa, mi mamá a todo le pone cloro, toda mi ropa ya está manchada de cloro, me pone de malas. Me parece impresionante la situación que estamos viviendo, todo el tiempo preocuparnos por un virus, viviendo aterrados, no poder salir, estar lejos de las personas que queremos, me pone nostálgica. Hay días que son mejores que otros, algunos días me baño, me arreglo y estoy positiva. Me gusta dibujar en un librito que tengo, pego cosas, escribo mucho, empecé a leer un libro sobre los desapegos en la vida, muy interesante, hago tarea, escucho mucha música, tomó fotos de atardeceres. Por ejemplo, la noche del 7 y 8 de abril fue la luna rosa, bajé con mi cámara, mi bocina y estuve un buen rato tomándole fotos a la luna. También saco a mi perro al baño, y algunos días salgo a caminar con mi mamá: eso realmente me hace feliz, me hace sentirme viva. Salir, escuchar los pajaritos y sentir el aire sobre mi piel. Otras veces, me despierto sin ganas de nada, lo único que quiero es quedarme todo el día tirada en mi cama, ver películas y alimentarme. Algo malo de siempre estar en tu casa es que te da hambre todo el día, yo me la paso comiendo y ni siquiera es por hambre es porque no tengo muchas veces una actividad y me dan ganas de estar picando cosas en la cocina.
Considero que esta cuarentena ha sido un gran aprendizaje, nos ha enseñado mucho y de aquí depende si el ser humano toma conciencia o no. He empezado a meditar, una amiga me invitó a una actividad que se llama 21 días de abundancia. Tienes que meditar diario con un video que ella te manda y hacer una actividad distinta. Me siento feliz y en paz, me ha hecho reflexionar y pensar mucho sobre lo que está pasando, en mi vida, mi alrededor, todo. He llorado mucho, estoy aprendiendo y afrontando mis sentimientos. Creo que siempre es bueno verle lo positivo a las cosas, estoy aprovechando el tiempo libre para hacer cosas que normalmente no hago por siempre seguir la rutina. Estoy conociéndome mucho mejor, muchas veces creemos que nos gusta estar solos, pero realmente nuestra mente está en otro lado, pienso que en estos días que he estado recluida he tenido la oportunidad de escucharme y hacer cambios positivos en mi. Ha sido difícil vivir el encierro , al no poder salir, le hago frente a todo lo que siento todos los días. Ha sido complicado. Pero creo que por el lado positivo, ha sido un buen tiempo para sanar y entender mejor las cosas.
Ha sido impactante ver que el ser humano, estando encerrado, el planeta está respirando y todo se está regenerando, son unas cosas por otras. Sí está muy triste todas las muertes y daños colaterales que están habiendo por el Covid-19, pero no todo ha sido tan malo. Mínimo para la naturaleza fue darle una oportunidad de recuperarse, dejar a los animales libres. Me pone feliz pensar en que realmente los cambios sí se pueden hacer si todos nos unimos y buscamos una buena intención para hacer el bien. Con esta experiencia ya nos dimos cuenta que sí se puede, es solo el querer vivir bien. Tenemos que tomar conciencia de la situación que estamos viviendo y no cometer los mismos errores, porque mucho de lo que está pasando es nuestra culpa.
Cada 15 días hago reuniones en zoom con mis amigos, nos servimos algo de tomar y no la pasamos hablando por horas, bailamos, tenemos toda una fiesta virtual, estamos lejos, pero a la vez más cerca que nunca. Pienso que con todo esto estamos volviendo a ser seres sensibles, estamos lejos de todos pero estamos más presentes que nunca. Yo hace mucho que no hablaba tanto con mis amigos, con mi hermano hago facetime todos los días, soy parte de su vida y antes como que “nunca había tiempo”. Estoy pasando mucho tiempo con mi mamá y eso también me gusta. Anhelo que todo vuelva a la normalidad pero estoy aprovechando estos días también.
He pensado mucho las cosas y siento feo que estemos viviendo y pasando por todo esto. Creo que son días complicados, duros y tristes. Pero estamos a prueba. Hoy el mundo está en pausa, pero mañana saldremos y viviremos felices, bailaremos, saldremos a tomar café, iremos a comer a restaurantes, podremos estar todos juntos, pero es importante que seamos pacientes.